Telefonía celular
ROSARIO EN
PUNTO CERO
Algo no funciona
Las antenas llegaron a la ciudad en 1998 y la normativa para regularlas continúa recorriendo caminos sinuosos en medio de polémicas. Existen contradicciones entre las leyes, la sociedad y el sistema. Por un lado se hallan grupos de ambientalistas que rechazan la tecnología celular por creerla nociva para la salud humana, y por el otro están los que defienden a la telefonía móvil, por considerar que es la herramienta más avanzada y generalizada de acceso al la información.
Ambos fundamentalistas insisten en mantener posturas intransigentes. Los primeros basados en estudios y relevamientos que demuestran un crecimiento de enfermedades oncológicas producto de las radiaciones que emanan de las antenas. Los otros sostienen que el sistema de comunicación es inocuo, de acuerdo al último informe que dio a conocer la Organización Mundial de la Salud en el año 2006, en el que declara que: “No existen pruebas científicas convincentes de que las débiles señales de radiofrecuencia, emitidas por estaciones base y redes inalámbricas causen efectos adversos a la salud”. Evidentemente, ni uno ni otro grupo, puede o tiene pruebas certeras, concretas y comprobables de que la telefonía celular cause o no perjuicios para los seres humanos.
Mientras tanto, las empresas de telefonía celular siguen aumentando sus carteras de clientes en todo el mundo, y en Rosario no son la excepción. Según informes publicados en diversos medios, las prestadoras de la ciudad ya superan el millón de líneas vendidas, y se ven obligadas a instalar nuevas antenas que permitan el correcto funcionamiento del servicio.
En este sentido, para garantizar la seguridad de la población, realizar los controles que certifiquen el correcto procedimiento en la instalación de estructuras de antenas y ejercer el poder de policía, la Municipalidad puso en marcha en el 2004 el Programa Antena. Éste, está integrado por representantes de distintas áreas, y depende de la Dirección General de Obras Particulares. A pesar de estar incluido dentro de un presupuesto anual que supera el medio millón de pesos, más los sueldos del personal
-datos suministrados por el Concejal Rosúa- genera muchas dudas del servicio que brinda. Existen numerosos hechos, acciones y situaciones que permiten sospechar que el Programa Antena no funciona como corresponde.
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