Por María Laura Nóbrega
¿Por qué cantamos?, se pregunta Mario Benedetti en su poema, y un sinfín de razones se abren paso al andar…
¿Por qué cantamos?, se pregunta Mario Benedetti en su poema, y un sinfín de razones se abren paso al andar…
¿Para qué informamos?, y esta pregunta valdría para todos los que en algún momento de su vida sintieron que ésta era su vocación. Vocación que por momentos puede corromperse o no, puede responder al poder de turno o no, puede decir la verdad o no.
El 31 de agosto de 2009 quedará en la historia de la justicia rosarina, ese mismo día, y después de muchas luchas, por fin se dio comienzo al 1º Juicio Oral y Público a ex represores. El Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario fue el lugar asignado; Oscar Guerrieri, Jorge Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Costanzo, los imputados.
En la antesala, más preguntas que respuestas, pero aunque parezca mentira o no, después de 30 años por fin se comenzó a juzgar a quienes de un momento a otro decidieron sobre la vida de 30.000 personas.
Ese día, y como suele pasar en estos casos, hubo muchísima presencia de organismos de Derechos Humanos, Abuelas de Plaza de Mayo, familiares de desaparecidos, estudiantes universitarios, profesores, dirigentes políticos, ciudadanos que de una u otra forma reivindicaron el pedido de JUSTICIA.
Y el periodismo también fue un participante de lujo, todos los medios masivos y alternativos se dieron cita la mayor parte del tiempo. Imágenes, micrófonos, notas, audios, móviles, se adueñaron de ese lunes frío y lluvioso desde muy temprano.
Y el periodismo “FUE” un participante de lujo, con el correr de las semanas, la euforia por informar sobre lo que ocurría en las audiencias se fue desmoronando, solo unos pocos siguieron fieles a ese deseo de Justicia, que muchos expresaron en diferentes oportunidades ante los micrófonos, de la boca para afuera, sobre todo de canales abiertos y radios de mayor audiencia.
Y con el “desinterés” de los medios masivos, creció proporcionalmente el desinterés de los rosarinos, que por primera vez tenían en la ciudad un juicio de estas características.
Si cualquiera preguntara hoy por la calle, se daría cuenta de que mucha gente sabe que se está desarrollando el juicio, pero conoce muy poco de lo que ocurre día a día, incluso la gran mayoría asegura que en la ciudad no se siguen las alternativas del mismo.
Cuando uno indaga en las causas, puede sacar varias conclusiones. Hay una que se lleva casi todas las votaciones: el poco tratamiento en los medios masivos. Los encuestados remarcan que no ven en los dos canales de aire de la ciudad, el reflejo de lo que sucede en las audiencias, o que tampoco escuchan en la radio, sobre todo a la mañana, alguna noticia relacionada con el juicio.
Unos escalones más atrás se ubica el desinterés de los ciudadanos, algunos argumentando que ya han pasado más de 30 años, y les cuesta ponerse a pensar nuevamente en ese período nefasto de nuestro país.. Por último, y con muy pocos adeptos, encontramos la falta de costumbre en la ciudad en cuanto a juicios de este tipo.
El papel de la Provincia
Además de aparecer constantemente en los medios alternativos, el juicio también podía verse en vivo a través de la página que posee el gobierno provincial, en la cual se aclara que sólo se podrán observar los momentos que autorice el tribunal.
Más allá de eso, Eduardo Toniolli cree que desde el ámbito político podrían haberse hecho campañas de difusión, explicando a la ciudadanía en general lo que significa para la sociedad el hecho de que se juzgue, después de 30 años, a los represores del último golpe militar en nuestro país. Esto como modo de afianzamiento de lo que el mismo gobierno provincial reza en su portada Web del juicio: “Reforzando su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de memoria, verdad y justicia, el gobierno provincial garantiza el acceso de la ciudadanía a la información en esta instancia histórica”.
Con la pinión de Toniolli, coincide Norma Ríos, de la Asociación Permanente por los Derechos Humanos Rosario (A.P.D.H Rosario)
En cuanto a la consulta On line, de 60 encuestados, el 78 % nunca consultó la Web, mientras que el 22 % restante lo hizo un par de veces. En el grupo de mayor cantidad, algunos recalcan que no realizaron visitas porque no estaban enterados de que podía verse el juicio en vivo, que desde la provincia debería haberse hecho más propaganda, como ocurre con otros temas menores.
Conclusión
A lo mejor tiene razón Toniolli, cuando avizora que en el último tramo de audiencias, cuando estemos a puntos de conocer las sentencias, el tema volverá a ocupar la primera plana de los noticieros, que seguramente apostarán periodistas en la sala de audiencias.
Habría que preguntarse si realmente se entendió lo que significó este gran paso judicial para la sociedad rosarina. Porque a veces, en la vorágine cotidiana, podemos perder de vista lo importante, que siempre es relegado por lo urgente: la primicia.
Preguntaba Mario Benedetti al comienzo:
Por qué cantamos,
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos…
Para qué hacemos periodismo
Esta es una oportunidad única de poder decir y experimentar eso que tanto se anheló por mucho tiempo: JUSTICIA. Para que día a día se cumpla lo que nuestra Constitución pregona: “afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, por eso y por vocación, informamos.
Bibliografía consultada
No hay comentarios:
Publicar un comentario