Post Periodismo: Libre, como el aire

Anabel Barboza

La llegada de la democracia a nuestro país hizo emerger todo aquello que había sido silenciado durante los años de autoritarismo. Cada historia, cada proyecto tenía la difícil tarea de encontrar su lugar en un contexto que permanecía marcado por el silencio.

De esta manera, a mediados de la década del 80 surgieron espacios de comunicación alternativos generados, en su mayoría, por jóvenes con deseos de participación, que no se encontraban representados por los medios masivos desarrollados fuertemente durante la dictadura.

En Rosario, al oeste de la costa del Río Paraná, un grupo de jóvenes se planteaba la necesidad de crear una radio comunitaria, ante las dificultades que encontraban a la hora de difundir sus actividades. Así nace Aire Libre (FM 91.3), en el año 1988, con un pequeño transmisor que se instaló en la Escuela N° 773 Pablo Pizurno. Esa primera casa duró poco, ya que el Ministerio de Educación de la provincia intimó a las autoridades de la institución a prohibir las emisiones de la radio desde allí, bajo amenaza de despidos y sanciones. Con la antena bajo el brazo se instalaron en la Parroquia Nuestra Señora de la Salud y después, siempre por cuestiones ajenas a la voluntad de quienes sostenían este proyecto, debieron trasmitir desde casas de familias. Estos movimientos acrecentaron el deseo de generar un espacio propio y así con las manos de los vecinos y el aporte de todos se construyó el edificio ubicado en Virasoro 5606.

El objetivo de la radio siempre fue el mismo, crear un proyecto de comunicación popular en donde estén presentes las voces de los trabajadores, de los ancianos, de los niños y a través de ellos poder contar historias distintas a las que aparecen habitualmente en los medios, con responsabilidad en la gestión y en la programación. Para esto, había voluntad, entusiasmo y la necesidad de capacitarse y conocer nuevas experiencias que permitan ir ampliando de a poco el horario de transmisión que era de cuatro horas diarias. Con el tiempo algunos fueron constituyéndose como capacitadores y compartieron su saber dictando talleres de operación técnica, locución, producción integral de radio, entre otros aspectos vinculados al mejor funcionamiento del medio, que a esta altura reunía una diversidad de voces que reflejaban el sentir de la comunidad y apostaban a entregar un producto cálido, comprometido y abierto a la palabra de los oyentes.

Durante todo este tiempo pasaron gobiernos, crisis económicas, situaciones que nos enfrentaron unos contra otros y que hicieron mella en los niveles de participación de la gente. Paralelamente los medios de comunicación se concentraron cada vez más al punto de que en el año 1990 había en la ciudad de Rosario dieciséis radios comunitarias, cuatro años después y hasta la actualidad la única que sigue funcionando es Aire Libre que se sostiene esencialmente, con el aporte de la pauta que debe otorgar el estado a medios de esta naturaleza y con la colaboración de fundaciones internacionales.

Hoy en día la radio sigue poniendo en común los valores que incluyan a las mayorías y eso se refleja en su programación que cuenta con espacios dedicados a la comunidad boliviana, peruana, a las voces indígenas, tiene tres programas realizados por niños, noticieros nacionales, locales y trabaja en red con el resto de las radios comunitarias del país. Desde hace doce años y con el objetivo de ampliar los horizontes se puso en funcionamiento el Centro de Comunicación, Educación y Biblioteca Popular, que reúne en el mismo lugar físico a la Biblioteca Popular Cachilo y a la emisora.

Aire libre pone la voz, entendiendo que la comunicación es un derecho humano básico, que con ella la educación y la cultura extienden sus brazos para que podamos encontrarnos, discutir y generar espacios que tiendan a fortalecer la idea del trabajo conjunto, posible y necesario.

Aire Libre y la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

La sanción el pasado 10 de octubre de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue celebrada por los trabajadores de Aire Libre, integrantes del Foro Argentino de Radios Comunitarias. Alberto Palacios, airelibreano desde el año 1992, encargado de administración y gestión manifestaba su alegría al considerar que era necesario desterrar la ley proveniente de la dictadura y comenzar a entender a la comunicación como un derecho constitucional, avalado por el Pacto de San José de Costa Rica. Considera también que la posibilidad de que organizaciones sociales ocupen el 33% del espectro radioeléctrico permitirá la gestión de distintos proyectos comunicacionales que con la vieja ley no podrían existir.
De ahora en más, la tarea de todos como ciudadanos será impulsar y acompañar el correcto funcionamiento de la ley.