2 ago 2010

La nostalgia, un sentimiento permanente

* Hortensia, sentada junto a una vecina de Colonia La Penca.


Solo la convicción de mantenerse al lado de su esposo y la fuerza la de fe, ayudaron a Hortensia a quedarse en La Penca y Caraguatá. Por entonces, esta localidad se encontraba con muy pocos habitantes y a algunos km de comunidades mayormente pobladas. Además, apenas llegó al lugar permaneció en un modesto y sencillo hogar al que le costó adaptarse. Cada vez que Cipriano se marchaba para ir a trabajar, la desolación la irrumpía mientras recordaba a su familia de Canales de la Sierra y aquella vida social que tanto extrañaba.


Declaraciones de Isabel García,sobre la llegada de su madre a La Penca.





El arranque de la actividad


El emprendimiento de elaboración de quesos encarado por el matrimonio García se llamó La Riojana ya que ambos eran oriundos de dos localidades españolas de la provincia de La Rioja. Sin embargo, el establecimiento familiar no pudo llevar ese nombre debido a que ya estaba registrada con ese mismo nombre una industria alimenticia riojana de Argentina. También debieron desestimar “García” como marca de sus productos porque ya existía una fábrica láctea en la provincia de Buenos Aires con ese nombre.
Finalmente, surgió el nombre TREGAR haciendo referencia al trabajo de los tres hijos de Cipriano y Hortensia, Florencio, Vicente y Pedro García. Los tres hermanos fueron los principales colaboradores del trabajo iniciado artesanalmente por sus padres y quienes se convirtieron luego en los conductores de la empresa familiar.
En la actualidad, la firma TREGAR, de más de 60 años de trayectoria, aún conserva su carácter familiar. García Hnos Agroindustrial es una industria que procesa más de 120 millones de litros anuales para la elaboración de una variedad de productos lácteos. Cabe destacar, que les brinda trabajo a más de 500 familias, ya que cuenta con 330 empleados y más de 270 proveedores. La planta tiene una superficie de 92.675 m2 y se encuentra ubicada sobre la Ruta Nacional N º 11, Km 622, en Gobernador Crespo, Santa Fe.

Idas y vueltas de una unión tramitada

Desde la propuesta matrimonial a la vida en La Penca junto a Cipriano, pasaron varios meses. En el medio, sucedieron una serie de obstáculos que demoraron el establecimiento de los esposos en Argentina. La complicada situación que se vivía en el país ibérico imposibilitó que Hortensia y Cipriano puedan realizar su casamiento tal como lo deseaban. Las dificultades tuvieron que ver con los acontecimientos políticos de la Guerra Civil Española en 1936.
Por aquellos años, Cipriano corría el riesgo de ser reclutado en las tropas españolas debido y por lo tanto desechó la posibilidad de viajar. A su vez, se complicaba la salida de Hortensia, ya que estaba prohibido el egreso de mujeres solteras del país. Esas complicaciones los llevaron a tomar la decisión de convertirse en “marido y mujer” a la distancia, a través de un poder. Es decir, para contraer matrimonio, los cónyuges expresaron su consentimiento por medio de mandatarios y presentando la documentación correspondiente. Aquellos inconvenientes le valieron a Cipriano varios viajes hacia el cónsul y visitas al juez con lo cuál, los trámites burocráticos atrasaron el arribo de su mujer hacia Argentina.
Pese a los obstáculos, nada le impidió lucir su vestido blanco para ese momento tan especial de su vida. Si bien su esposo se encontraba lejos, no se perdió la posibilidad de celebrar su fiesta de casamiento con los suyos. De la mano de un familiar en lugar de Cipriano, vivió una ceremonia y luego festejaron con un gran agasajo y la alegría gallega aquella unión nupcial.
Mientras aguardaba la autorización de su viaje, Hortensia se preparaba para despedirse de sus afectos con los que nunca más volvió a encontrarse. Para ella era difícil abandonar su vida en Canales de la Sierra. Sin embargo, su madre le suplicaba que abandone España por la turbulenta situación que se vivía como consecuencia de la guerra y le transmitía el convencimiento de llevar adelante su vida en América junto con su esposo y lejos del peligro.

Canales de la Sierra, una comunidad festiva y conservadora.


Hortensia provenía de una comunidad muy cultural y conservadora. Canales de la Sierra se encuentra situado en la Comunidad de La Rioja, donde nace el río que lleva su nombre, el cual se junta en Villavelayo, pueblo natal de Cipriano García. Su hija, Isabel, cuenta que el espíritu festivo era una característica principal de esa población. Allí, sus vecinos compartían y disfrutaban mucho la vida social. Al momento de celebrar fiestas patronales todo el pueblo se vestía de gala y se disponía a celebrar fervientemente sus tradiciones. En una de esas conmemoración locales, acostumbraban cantarle a los jóvenes que se han casado a lo largo del año en curso, entonando estrofas referidas a los recién casados y a sus familiares
Para entender las características sociales de esa comunidad, hay que destacar los comienzos de la historia de esa villa. Canales de la Sierra es una población con un pasado de vida aristocrática. Su origen se remite al época romana. Al noroeste de la localidad estuvo situado el asentamiento llamado "Segeda Restituta Augusta", la que en el siglo X, en el año 921, fue devastada por los moros.
Alfonso VIII, concedió a la población exenciones impositivas por sus gestas contra los moros y contra monarcas enemigos de Castilla. En 1255, Alfonso X ampliará los privilegios de la villa, llegando sus pobladores a gozar de absolución en el supuesto de sospecha de haber cometido homicidio, siempre que jurasen su inocencia apoyados por once vecinos. Posteriormente perteneció a los condes de Agilar, hasta la abolición de los señoríos en 1811. Formó parte de la provincia de Soria, hasta que, por Real Decreto de 30 de Noviembre de 1833, se creó la provincia de Logroño.
Aún en la actualidad, pueden observarse los vestigios de aquellos acontecimientos a partir de las estructuras arquitectónicas de los siglos XVI-XVIII,

Las cartas previas al encuentro

Luego de mucho tiempo, Doña Hortensia hizo desaparecer todas las correspondencias que habían intercambiado con su actual esposo. Quizás para mantener aquellas en condifencialidad y evitar que sus hijos pudieran acceder a ellas, decidió quemarlas. Sin embargo, no logró hacerla con todas. Aún se conservan algunas de ellas las que permitieron inmiscuirse en aquella intimidad.
A través de estos escritos, Cipriano y su mujer fueron conociéndose de a poco. Las cartas se convirtieron en un aspecto muy particular de su noviazgo, ya que él solo la había visto un par de veces cuando viajó de visita a Villavelayos. Sin embargo, así fueron expresándose mutuamente el amor por el otro. Mensaje tras mensaje, se iban confesando sus secretos más íntimos, sus sueños, sus deseos de formar una familia, sus proyectos juntos en la colonia.


Características económicas y sociales del período 1850-1914

A partir de mediados del siglo XIX, comenzaba a darse una nueva composición de la sociedad argentina. Las condiciones políticas y sociales de Europa y el escenario propicio que ofrecía América fueron los factores decisivos que llevaron a millones de europeos a “cruzar el charco”.
Por aquel entonces, en el “Viejo Mundo” se daban una serie de transformaciones económicas caracterizadas por la 2º Revolución Industrial. Los coletazos del proceso de industrialización y la tecnificación del agro concentraron la actividad en las ciudades. Al mismo tiempo, se producía una explosión demográfica ya que la población había alcanzado casi los 200 millones. El exceso de mano de obra agravó las condiciones salariales de trabajadores y los índices de desocupación se incrementaron notablemente
Esta serie de acontecimientos iba acompañado por la revolución de los transportes. El progreso técnico hizo posible la aparición de los barcos a vapor y de esa forma, los viajes se hicieron más cortos y accesibles. De esa forma, se presentaban un marco de posibilidades que hacían conveniente la emigración masiva hacia el continente americano.
Por otra parte, hacia 1850, Argentina comenzaba a establecerse un modelo económico agroexportador de materias primas, fundamentalmente de granos, carnes y lana. Este sistema comenzó a demandar gran cantidad de mano de obra para dedicarse al trabajo de las tierras lo cuál hizo propicio la llegada de italianos, españoles, suizos, alemanes y etc. La gran demanda de alimentos por parte de los países centrales las exportaciones creció más de 10 veces. En este período, se produjo una expansión de la producción agrícola y ganadera que a su vez, impulsó el desarrollo de las de las economías regionales.
Asimismo, entre 1850 y 1914, una serie de políticas impulsadas por los gobiernos de Mitre, Sarmiento y Avellaneda, contribuyeron a la organización del Estado y al afianzamiento de este sistema, entre ellos, la sanción de la Constitución Nacional, ley de Inmigración y Colonización, régimen de tenencia de tierras y la creación de escuelas junto con la llegada de maestras norteamericanas. A su vez, la llegada y extensión del ferrocarril permitió la integración del territorio y se convirtió en un factor determinante para la economía argentina.
La mayor parte de la ola inmigratoria eligió como destino la zona del litoral argentino y las grandes urbes. La primera colonia de inmigrantes se estableció en Esperanza, Santa Fe, fundada por Aarón Castellanos en 1865. Cabe destacar que, entre 1886 y 1870 el país recibió 160.000 inmigrantes mientras que entre 1881 y 1890 la cantidad de inmigrantes fue de 841.000.

Sueño gallego, una historia de progreso social.

Por Mariela Gallardo

*De izquierda a derecha: Pedro, Vicente y Florencio García, hijos de Cipriano y Hortensia.

Entre finales del siglo XIX y principios del XX, un aluvión de polacos, italianos, gallegos, alemanes dejaban su vida en el Viejo Continente para embarcarse en su sueño americano. Expulsados por la ebullición de Europa, como consecuencia de los cambios introducidos por la revolución industrial, millones de personas elegían Argentina como destino ideal para llevar adelante una vida acomodada, ya que por entonces, presentaba un contexto económico y social promisorio. Así lo pensó Cipriano García en 1914 cuando a los 18 años decidió abandonar su pueblo natal Villavelayo en busca de progreso social. Junto con su hermano llegaron al sur de la provincia de Buenos Aires a trabajar la tierra y gracias a sus reservas pudieron alrededor de 300 ha en Colonia La Penca y Caraguatá donde se radicarían definitivamente.
Con el tiempo, Cipriano sintió la necesidad de contar con una mujer que lo acompañe por el resto de sus días. Fue así como encomendó a sus familiares la tarea de localizar a la persona indicada. Y luego de dos viajes de visita que mantuvo en tierras españolas, conoció a María Hortensia de Simón, una bella joven de Canales de la Sierra. La historia continuó a través de innumerables cartas de amor, en una de las cuáles llegó la propuesta de contraer matrimonio y formar una familia en Argentina, ofrecimiento que, tras una serie de inconvenientes, luego concretó.
María Hortensia llegó a Colonia La Penca en 1938. Venía con las expectativas de quedarse junto a su esposo por algunos años y luego retornar a su España querida con una mejor solidez económica. Entendió enseguida que este territorio era la oportunidad de obtener un buen porvenir, buenas condiciones de desarrollo social y un escenario de prosperidad. Sin embargo, la desilusión la dominó apenas arribó a la vivienda donde sería su hogar de ahí en más. Se encontró con una casa precaria y con pocas comodidades, ubicada en el medio de monte.
Su fortaleza interior la ayudó a seguir adelante. Debió enfrentarse a un panorama que no era el que soñaba y que distaba mucho al de su vida en Canales de la Sierra. Pese a las adversidades, respetó los preceptos católicos a los cuales se aferraba y permaneció al lado de su esposo hasta el último día. Dedicó su vida a ser la mujer del hogar y a la crianza de sus 6 hijos, como así también a seguir a Cipriano en sus actividades laborales.
La familia García era reconocida en la comunidad de Colonia La Penca y Caraguatá por ser gente amable y solidaria. Para el matrimonio la educación era un valor muy importante en la vida y así fue que decidieron enviar desde pequeñas a las tres hijas a un colegio pupilo de la ciudad de San Justo. Mientras que, por otro lado, los tres hijos varones se dedicaron a trabajar en el campo y a contribuir al sostenimiento familiar.
En ellos transmitieron los valores del sacrificio y progreso. Fueron los encargados de continuar aquel emprendimiento de elaboración de quesos que había iniciado su padre. Don Cipriano. Se trataba de una iniciativa propia en la que se había lanzado gracias a los conocimientos que les había transmitido su hermano Bonifacio. Los años de trabajo le habían permitido comprar herramientas necesarias para la fabricación artesanal de dichos productos.
Con el trabajo sostenido de toda la familia, hacia el año 1968, el establecimiento La Riojana comenzaba a arraigarse en la comunidad. Aquella convicción de Don Cirpiano permitió conducir a sus hijos hacia el desarrollo de aquella actividad. A través de una formación de personas proactivas y perseverantes, transmitió en sus hijos la idea de que mediante el esfuerzo es posible conseguir grandes logros. Desde esa perspectiva aquella iniciativa de los inmigrantes españoles llegó a convertirse en una destacada industria láctea de la región, con reconocimiento internacional. La empresa TREGAR (tres Garcías) es uno de ejemplos de lo que forjaron miles de inmigrantes que sentaron los cimientos productivos y el acervo cultural en nuestro suelo.