Si se comparan las declaraciones publicadas en el año 2000 por una de las organizaciones ambientalistas mas respetadas de la ciudad, con las vertidas al Consejo Municipal por el Dr. Luis Alberto Reinoso, Abogado especialista en derecho ambiental, podemos arribar a la conclusión de que existe en el Estado municipal una grieta tan grande como el mismísimo Paraná.
El Taller Ecologista Rosario declaró el 15 de julio de 2000, mediante un comunicado público, su adhesión a la preocupación de los vecinos, en referencia “al posible daño a la salud que puedan ocasionar las antenas de telefonía celular”. Consideró que: “Las empresas de teléfonos vienen presionando a los concejales para que les otorguen permisos para la instalación de nuevas antenas”. También expresó un desacuerdo con las normas vigentes, dado que “la ordenanza actual -vale aclarar que dicha reglamentación fue modificada luego en el 2001- carece de un enfoque integral y a largo plazo”.
Casi una década más tarde la novela continúa y los actores son los mismos.
Mediante un reclamo firmado por el Dr. Reinoso, al que adhieren numerosos ambientalistas, organizaciones no gubernamentales, asambleas barriales y centros vecinales, entre otros, se le solicita al Poder Ejecutivo a través del Concejo, algunos puntos coincidentes con el antiguo reclamo.
El alegato abunda además en comentarios relacionados con que: “Estamos siendo permanentemente irradiados desde antenas emisoras de todo tipo. Éstas emiten campos electromagnéticos que interactúan con los que poseemos en nuestros cuerpos, y provocan alteraciones en la vida humana”. En referencia a los deberes y acciones de los funcionarios públicos resalta: “Todos aquellos que saben estos conocimientos y callan, comprendan que no sólo atentan contra la vida del Planeta, sino también contra sí mismos, y contra su propia descendencia”.
Para finalizar, declara que se debería “implementar sanciones a aquellos funcionarios que no cumplen con el control, verificación y acatamiento de las ordenanzas y disposiciones referentes a esta temática”.
Un oasis para el lector
Charla con integrantes de la organización Alerta Antena.
Para contextualizar y darle marco al encuentro que mantuve con dos ambientalistas integrantes de la organización Alerta Antena -que reúne a vecinos de toda la ciudad con el fin de canalizar todos los reclamos hacia el Municipio, referidos a la instalación de antenas y controles de radiación electromagnética- considero necesario mencionar que fue en un bar cercano a la Facultad de Medicina, en una hermosa tarde de sol, donde la insipiente primavera deja florecer la belleza de la ciudad. Hermosura que, evidentemente y por naturaleza, la mujer rosarina se encarga de exaltar.
En medio de este clima distendido me esperaba, en una mesa del bar, el señor Esteban Villalba, técnico electrónico e integrante de Alerta Antena. No lo conocía y lo ubique llamándolo a su teléfono celular. Al saludarlo estrechándole la mano se produjo lo que vulgarmente denominamos “chispazo” que, según explicó Villalba es una descarga de energía estática que llevamos entro del cuerpo.
Lo curioso es que el ambientalista culpó a los aparatos celulares de haber desatado un aumento de esta carga estática en nuestros organismos. No obstante, consiente de los perjuicios que según lo manifestado causa la tecnología celular, el señor Villalba la utiliza, dado que posee un teléfono móvil. Y es uno de esos viejos “Star Tracks” –parece el teléfono de Vic Morow en la miniserie Combate que se emitía en blanco y negro allá por los años 70- es uno de los primeros aparatos que llegaron a la ciudad, junto con las antenas. Esto denota que Villalba se maneja con tecnología celular desde hace varios años.
En oto orden y derivando en el motivo de la entrevista, el de saber que opina Alerta Antena sobre el accionar municipal mediante su programa de control Villalba expresó: “El Programa Antena no controla, está para entregar viabilidad”.
Justo cuando me disponía a encender el grabador y retomar la pregunta, llegó el otro miembro de Alerta Antena citado a la reunión: El señor Guillermo Mammani, periodista radial. Lo saludé, esta vez no hubo “chispazos”-pero vendrá luego- rápidamente se agregó a la charla. Mammani expresó su descontento con el accionar municipal.
Intempestivamente la marcha canalla anunció en mi celular la entrada de un mensaje de texto, Villalba aprobó con una sonrisa, manifestando ser de Central. Mammani en cambio se desfiguró, se alteró, se puso muy incómodo. -Es leproso pensé. Nunca lo supe-. Inmediatamente comenzó a increparme: “¿Vos sabes que me estas irradiando con tu celular? Es contra mi voluntad”. “Así como existen los fumadores pasivos, también existen los irradiados pasivos, debería haber multas y prohibiciones también para eso”, disparó.
Pedí disculpas, agradecí la charla, me levanté, pague los cortados y me fui.
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