27 nov 2009

Entrevista a Dra. Natalia Gamba, Integrante del CMI.

¿Cuándo se conformó el Comité de Maltrato Infantil?

Mirá, cuando se mudó el hospital a este lugar una de las pediatras que trabaja acá intentó comenzar con la atención de niños. Entonces se armó lo que después fue el Comité, con integrantes de cada una de las disciplinas intervinientes, gente de asistencia social, de psicología y pediatras y aquel momento la parte legal, de los abogados digamos, iban y venían. Era una pata floja que siempre tuvimos. Empezó a partir de ver la inquietud de esta enfermedad que no se diagnosticaba tanto, que no se veía tanto, se la pasaba medio por encima y demás. Entonces, se empezó a formar un comité para ayudar al resto a evaluar, a tener más experiencias sobre el tema, a través del diagnóstico, la evaluación y el seguimiento de los pacientes. Esto fue en septiembre del año 99.

¿De qué manera se fue conformando el equipo médico?
Aparte de manejar esto se empezó a ver que había que capacitar a todos los profesionales para que esto sea detecte. Entonces, otra pata fue empezar a capacitar desde la gente misma del hospital, los pediatras del hospital todas las especialidades del hospital y demás. Y después abrir todo esto hacia afuera para que todo esto se pueda ver, se pueda manejar, se pueda abrir un campo para que esto se empiece, no a descubrir sino a hablar. Uno en primer momento con esta entidad no puede trabajar solo. Entonces, era más factible mirar para otro lado o no verlo que ponerse a hacer todo lo que hay que hacer. Lleva mucho desde todas las disciplinas, desde lo médico, lo psicológico, lo legal, lo social. Es meterse dentro de una familia, es manejar un montón de cosas, un montón de entornos que van más allá de lo que es el diagnóstico de la enfermedad, entonces moviliza muchas cosas y desde una sola de las disciplinas no se puede y esto es lo que se vio con la conformación del comité.

¿Cómo se asiste a un niño que sufre maltrato?
Primero que nada, tenemos que hablar claro. El maltrato infantil no es solo pegarle a un chico. O sea, es mucho más que eso. Hay muchísimas formas de maltrato que uno tiene que evaluar y poder separar de lo que son las condiciones económicas, la cultura, cuando hay una negligencia, cuando hay maltrato físico, cuando hay maltrato psicológico, cuando hay un abuso. Porque hay muchas formas de maltratar a un niño y eso es lo que para nosotros no quedaba claro. El que venía literalmente “molido a palos” era fácil detectarlo. El problema son los otros, los que están siendo maltratados y no se nota. Y ya te digo, la primera intención era recuperarlo, no sacarle a los padres sino recuperar los vínculos de la familia que se había logrado en muchísimos casos. Estaba muy aceitado en lo que era el comité.

¿Qué inconvenientes fueron detectando en el CMI?
El problema empezó a surgir cuando esto se empezó a ver, empezó a tener más repercusión, empezaron a ver muchos casos y la gente tanto externo al hospital como dentro del hospital se sentía muy respaldada por el trabajo que hacía el comité. Es mucho más fácil trabajar con gente que te puede, no resolver el problema, pero sí por lo menos acompañarte en esa resolución que hacerlo solo. Lo más dificultoso es la relación con la familia, plantear la situación. Eso es muy dificultoso y es muy estresante para el profesional. Esto fue creciendo de una forma exponencial de manera terrible. Yo soy pediatra y te hablo de lo que me pasaba a mí. Estuve trabajando en el comité los últimos 5 años. Uno se sentía muy respaldado en la toma de una decisión, tanto en la evaluación, en el diagnóstico y en el seguimiento. Muy respaldado porque había un equipo que a uno lo ayudaba a no equivocarse y lo ayudaba muchísimo en el manejo de todo esto que no era nada fácil.

¿Cuándo empezaron a sentirse desbordados?
Empezaron a llegar tanta cantidad de casos que nos empezamos a sentir desbordados porque todos los que trabajábamos en el comité lo hacíamos en nuestro tiempo extra. No todos estamos exclusivamente para el trabajo del comité de maltrato. Ya en el 2003, 2004 empezamos a decir no podemos con todo esto. Primero tratamos de aceitar el tema de psicología afuera, laburar con la gente de los centros de salud. Ellos por ahí hacían el diagnóstico y empezaron a derivar porque no podían tratar a todos los chicos acá. A los chicos de servicio social les pasaba lo mismo, ir sumando cuestiones sin poder resolver algunas y todo esto era un trabajo extra de lo que tenés que hacer todos los días. Además, con todo el desgaste que eso implica.

¿A partir de qué momento iniciaron su reclamo?
No es que este gobierno nos dijo que no. Hablamos con los gobiernos anteriores también. Reuniones en el ministerio, reuniones con el director del hospital en el ministerio. Defensoría del Pueblo siempre nos apoyó, el Centro de Asistencia a la víctima siempre nos apoyó. Éramos un grupo que resolvíamos muchas cosas porque laburábamos bastante bien. Pero llegó un momento en que a nosotros también se nos hacía difícil porque a vos te van quedando cosas pendientes. Entonces, vos ves que te estás desbordando. Empezamos a pedir, ni siquiera que se nos ponga a nosotros a trabajar, que se de un espacio y que haya gente que labure en esto. Si querían que seamos nosotros, bárbaro, y sino no había problema. Pedíamos que haya gente que labure solo en este y se venía haciendo un buen laburo. Entonces, perder 10 años de laburo nos parecía terrible, pero seguir laburando como estábamos laburando también nos parecía terrible.

¿Durante estos años de trabajo pudieron confeccionar estadísticas sobre los casos asistidos?
Todas las notas que presentábamos, mostrábamos números, qué era lo que hacíamos, qué estaba pasando. Es el único registro de casos que hay en la provincia. Es más, nos habíamos reunidos con el resto de la gente que labura en lo mismo. Íbamos a hacer un registro provincial de estos casos porque muchas veces trabajábamos doble. Se hizo, se armó y luego se truncó. Nosotros sentíamos que teníamos presencia, que nuestro laburo servía, pero que a su vez era un grupo de personas sin respaldo de lo que hacíamos. Jamás nos quejamos del laburo y jamás dijimos que no lo queríamos hacer. Al contario, lo que queríamos era que esto tenga fuerza y poder seguir haciéndolo bien. Porque además nos fuimos desgastando. Finalmente, en 2006 presentamos el primer proyecto de trabajo que nos pidieron. Hicimos un proyecto de trabajo, cómo funcionaríamos, profesionales. Nunca con nombre y apellido sino con tantos de tal profesión y que hagan como quieran. Que hagan concursos, que el que mejor sepa que labure. Siempre nos pareció que era un trabajo que hay que hacerlo. Presentamos los proyectos y nunca tuvimos respuestas. Cambiamos el gobierno, volvimos a hacer todo lo mismo con la esperanza….

Y otra vez la negativa
Llegó un momento en que dijimos la forma de presionar es decimos” renunciamos porque no podemos seguir laburando así a ver si nos dan bola”. Entonces hicimos eso. Queremos hacer un trabajo serio, queremos hacerlo pero así no. Entonces nos dijeron “bueno, no lo hagan. Si no pueden hacerlo, no lo hagan”. Esa fue la opción que nos dieron al no funcionamiento del comité. “En otros lados funciona así, funciona desde el centro de salud, funciona todo manejado desde la Subsecretaría de salud. Es muy difícil para el pediatra que está en el centro de salud poder ayudar a una madre cuando al otro día, cuando va al centro de salud tiene a toda la familia en la puerta, o tiene al padre que fue denunciado que le pinchó la rueda del auto y se lo rayó. Yo tengo compañeras que han dejado de laburar en el centro de salud por denunciar un caso de maltrato o de abuso. En cambio, antes mandaban esos chicos acá y desde la institución con la ayuda del centro de salud se hacían las cosas un poco más ordenada y para el centro de salud no tenía tanta repercusión.

¿Crees que está garantizada la atención de los casos de violencia en los centros de salud?
Ya hace un año que no funciona el CMI. El médico del dispensario se está haciendo cargo con el ministerio de cómo tomar las consultas y yo te puedo asegurar que la cantidad de casos que se han denunciado este año no se quien las está registrando ni nada. Pero te puedo asegurar que no deben llegar ni a la mitad de los casos que tenemos registrado nosotros por año. ¿Por qué? Porque no se denuncian, no porque no exista. Porque la denuncia es tan difícil de hacer, entonces seguramente las denuncias han bajado. Y no tenés una institución que te respalde.

¿Por dónde considerás que pasa la solución de este conflicto?
Pasa por una decisión política centralmente en donde termina pasando acá lo que pasa con la problemática en sí. Es casi como asintomático. Al comité de maltrato le pasa lo mismo que a los casos de maltrato. Están, pero no están. Están, pero nadie se mete, nadie hace nada. Muy pocos hacen, muy pocos dicen.
Otra cosa importantísima que no se tiene presente son los tiempos de estos chicos. El tiempo de un paciente que está siendo maltratado en su casa es un tiempo que es distinto al tiempo de la justicia, al tiempo de la psicología, al tiempo del ministerio de salud. Si el chico está siendo maltratado, hay que solucionarlo lo antes posible. Esas cosas no se tienen en cuenta cuando se plantean algunas políticas de manejo que no funciona.





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