1 dic 2009

Entrevista a la Dra. Marìa Daniela Arndt. Matrìcula provincial de Santa Fé Nº18.670. Matrìcula provincial Buenos Aires Nº 63.817. Residente de 1° año de Medicina General, Hospital Interzonal de Agudos San Felipe de San Nicolás, Bs As.

Por Romina Promanzio

Doctora Arndt, como ex practicante en el Hospital de Emergencias Clemente Àlvarez y actual residente Generalista ¿como podrìas definir a la Salud Pùblica?

Cuando hablamos de “atención hospitalaria” es imposible despegarse del concepto de “salud pública”, y en un primer momento me invade el entusiasmo y casi te diría que durante esos minutos vivo en un mundo ordenado, casi ideal. Dos minutos después vuelvo a la realidad y siento un desasosiego e impotencia indescriptibles.

Para que puedas entender esto que te digo voy a intentar darte un pantallazo de qué son y cómo deberían ser la atención hospitalaria y la salud pública.

Los sistemas de asistencia sanitaria, que son la organización y el método por los cuáles se provee, valga la redundancia, asistencia sanitaria. En la práctica, estos sistemas varían ampliamente de un país a otro. La comparación de sistemas es el enfoque de la política e investigación actual de la asistencia sanitaria, pero generalmente los sistemas son comparados por la manera en que son financiados y manejados. Pueden ser financiados y/o manejados por el sector público o por el sector privado, en forma mixta o por entidades sin fines de lucro. El punto es, que un sistema esta integrado por diversos sub-sistemas, en el caso de la salud: el RRHH, el financiero, el estructural, el político, donde intervienen causas demográficas, socio-económicas, científicas y éticas, interviniendo diferentes principios o no: universalidad, accesibilidad, solidaridad, ética, eficacia y eficiencia.

De acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la Salud), la asistencia sanitaria abarca todos los bienes y servicios diseñados para promover la salud, incluyendo "intervenciones preventivas, curativas y paliativas, ya sean dirigidas a individuos o a poblaciones".
Tenemos que en nuestro país los sistemas de asistencia sanitaria están organizados en 3 niveles interrelacionados entre sí:

Un primer nivel, que se encargaría de lo que los trabajadores de salud conocemos como “APS” (atención primaria de la salud), que en nuestro país está representado por lo que se conoce como “centros de salud ó centros de atención primaria o sala de primeros auxilios”, las clínicas tipo I, II y III, como también la consulta de medicina general de las clínicas tipo 4 y de los hospitales periféricos y regionales, que cuentan con medicación y tecnologías básicas y que ejercen, fundamentalmente, funciones de:

· promoción y prevención en salud (por Ej.: promoción de la lactancia materna, educación sexual para poblaciones de riesgo, prevención de embarazos no deseados a través de la entrega de anticonceptivos orales y DIU, programas de atención materno-infantil, vacunación según calendario nacional, entre otras)

· pesquisa de problemas en salud de la población que cubra ese centro de APS

· el tratamiento de problemas no complejos en salud (por Ej.: el tratamiento de anginas, manejo de hipertensión arterial estable, infecciones urinarias no complicadas, etc.)

· y la derivación al centro correspondiente de aquellos problemas en salud que requieren de mayor complejidad de recursos

Un segundo nivel de atención: Brinda apoyo al anterior, ofreciendo intervenciones ambulatorias y hospitalarias por especialidades básicas: medicina interna, pediatría, ginecoobstetricia, psiquiatría y cirugía general, pero, adicionalmente de algunas subespecialidades como neonatología, otorrinolaringología, ortopedia, cardiología, dermatología, oftalmología u otras, según el perfil epidemiológico de la población. Los hospitales que corresponden a este nivel de atención cuentan con quirófanos dotados del personal y del equipo idóneos para realizar cirugía mayor poco compleja. Los establecimientos típicos de este nivel son las clínicas 4 y los hospitales periféricos 1, 2 y 3.

Y como tercer y ùltimo nivel, proveerá servicios ambulatorios y de internamiento en todas las demás subespecialidades, como son: gastroenterología, endocrinología, alergología, urología, vascular periférico, hematología, nefrología, infectología, neurología y fisiatría; además de intervenciones más complejas en las especialidades y subespecialidades incluidas en el nivel anterior. También brindará servicios de apoyo, diagnóstico y terapéutico, que requieren de alta tecnología y grado de especialización, según nivel de complejidad. Los establecimientos típicos son los hospitales regionales y nacionales generales o especializados.

Doctora ¿ con què deben contar estos centros hospitalarios?

Todos estos centros “deben” contar con los elementos (insumos, estructura, personal, etc) que correspondan a la complejidad manejada, asegurándose también su seguridad y algo fundamental en salud que es la antisepsia del centro.

De aquí se desprende como debería ser el funcionamiento: en el centro de salud se atienden los problemas básicos de salud-enfermedad, se realiza educación acerca de los diversos problemas en salud, se dan pautas para llevar una vida saludable y se detectan problemas de salud que se tratan dentro de lo posible y si no, se deriva de manera correspondiente a un centro de complejidad acorde al problema del paciente. En los centros de complejidad mediana y alta, se recibe al paciente derivado, se evalúa, diagnostica y trata su problema de salud o se deriva a un centro de mayor o menor complejidad según se requiera ,siempre poniendo en práctica el principio de equidad, que no es “dar a todos por igual” sino “dar más, a quien más necesita”.

¿ y còmo es la realidad?

Centros de salud periféricos desprovistos, en su mayoría, de elementos básicos, que muchas veces impiden el ejercicio de la verdadera función de estos centros, convirtiéndolos en meros dispenser de medicamentos. Tan inseguros que a veces no abren para la atención si no tienen policía, o donde a punta de pistola o con un cuchillo se puede amenazar a la enfermera para que entregue algunos litros de la leche del programa materno infantil a quienes no corresponde (Y todo esto es algo que viví como estudiante realizando las prácticas finales de mi carrera en un centro de salud en los FONAVI de Rosario) o donde cualquier persona falta de conciencia social puede forzar una puerta y llevarse todo. Y para rematar, en pésimas condiciones de higiene por falta de elementos de limpieza, por falta, fundamentalmente, de lavandina. Estos centros son manejados por punteros políticos que poco entienden de salud y mucho entienden de “beneficio propio”.

Hospitales sobresaturados de pacientes porque se agregan a aquellos usuales usuarios, aquellos pacientes que pierden su capacidad de consulta en centros privados por falta de obra social y recurren al hospital público para su atención, encontrándose con estructuras y recursos insuficientes para tamaño aflujo de personas. Donde consultar a un especialista por un padecimiento de mediana urgencia puede llevar hasta 2 meses; donde una tomografía computada de cráneo en un accidentado con pérdida del conocimiento puede llevar más de 72 hs autorizar su realización (demasiado tiempo). Hospitales en los cuales un contador puede decidir que estudios se le realizan y que estudios no a un determinado paciente, pasando muchas veces por encima del médico tratante y por sobre las necesidades del paciente. Hospitales de complejidad mediana e interzonales (como en el que me encuentro trabajando en la actualidad) en donde la Amoxicilina (antibiótico muy útil para amplia variedad de infecciones) puede faltar durante poco más de un mes, o donde la sala de guardia en donde se da asistencia inmediata a las emergencias y urgencias, no cuenta con desfibrilador, tubos de oxígeno, material para intubar y asegurar la respiración del paciente, entre otra importantísimas carencias.

¿Salud pública? En mi país no se sabe qué es eso. Sí sabemos, quienes trabajamos en salud (y con eso me refiero no sólo a médicos, sino también a enfermeros, camilleros, técnicos, laboratoristas, secretarias, algunos administrativos,etc) de muchas frases “cliché” a las que hacemos honor y “salimos a trincheras a ponerle el pecho a las balas”…y muchas veces nos encontramos con la durísima realidad de que estamos solos, totalmente desamparados por aquellos que nos deben amparar y darnos una base para poder actuar, cargando literalmente los problemas de salud del paciente sobre nuestras espaldas y siendo invadidos de una impotencia tan grande que más de una vez nos ahogó en lágrimas. Aquí la conocida frase “yo contra el mundo” se vuelve una realidad cada vez más dura de sobrellevar.



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