Algo huele mal
La Constitución Nacional es clara y precisa. El artículo 41 expresa que todos los habitantes gozarán del derecho a un ambiente sano. Sin embargo, hay algo que se está haciendo mal. En la ciudad de Pérez hay dos razones para estar alerta. Por un lado, olores nauseabundos que recorren la ciudad que se sienten cada vez más fuerte, con el condimento extra que muchos de los desechos que en el basural de la ciudad se arrojan son tóxicos. Por otro lado, la inoperancia de organismos oficiales para detener lo que parece ser un problema sin salida y afecta no sólo a ciudadanos de la ciudad perecina sino también a Rosario.
Y así se hace todo cuesta arriba. Porque hace más de 10 años que se instaló un basural a cielo abierto en el Noroeste de Pérez que, según las reglas básicas de cuidado del medio ambiente, nunca tendría que haberse emplazado, básicamente por dos motivos. Primero, por la proximidad con un caudal de agua como es el arroyo Ludueña, en donde su recorrido muere en el Río Paraná y la otra es por no cumplir con las condiciones mínimas a la hora de proteger la tierra y el aire de la región.
Personas que han trabajado en el basural han contado que ni siquiera existen membranas obligatorias para separar la basura con la tierra y en los días de lluvia, se desbordan los piletones y todos los desechos van a parar al Ludueña.
A todo esto los olores se hicieron presentes en los últimos años. No son olores agradables ni mucho menos. Cuando el viento sopla del Noroeste los vecinos de la ciudad pueden percibirlos y son más fuertes al acercarse al basural pero pueden olerse desde todos los puntos de la ciudad. Y es allí cuando no sólo es molesto respirar sino que la salud empieza a correr riesgos.
Muchos médicos insisten que los desechos tóxicos que allí se arrojan son quemados y el aire que luego se respira es contaminado por estos gases. Enfermedades como Leucemias, Bronquitis o asma, son algunas de las que conforman la larga lista.
Como organismos oficiales y representantes del pueblo, el Municipio como primera instancia, acompañado por la provincia de Santa Fe, deberían salir a controlar, verificar y proteger no sólo el medio ambiente sino la salud de los ciudadanos ante todo. Sin embargo, nada sucedió y hasta el momento las pocas intervenciones que en el basural se hicieron fueron escasas y con complicidad de los participantes.
La Secretaría de Medio Ambiente y Ecología de la Provincia de Santa Fe ha sido notificada en diversas oportunidades acerca de esta problemática. Todas las intervenciones de dicha sección fueron realizadas de modo visual, tan sólo una vez tomaron muestras de agua del arroyo Ludueña y no arrojó complicaciones alguna, pero claro, las muestras se tomaron a cientos de metros alejados al basural.
Desde la propia Secretaría aseguran que el problema está controlado, sin embargo no existen documentos que avalen el tratamiento correcto de los desechos químicos en el basural y las inspecciones nunca fueron suficientes. Lo mismo ha sucedido cuando la Municipalidad de Pérez tuvo que intervenir. En este caso los reclamos de vecinos ni siquiera fueron escuchados, a pesar de pedir audiencias con el Intendente y Concejales.
Cuando el calor y la humedad se hacen presentes y el viento sopla del sureste, el olor llega a Pérez, y aunque esos olores son desagradables no son contaminantes. Sin embargo, el Municipio ya organizó una gran movida. Dio a conocer el problema, juntó firmas, y abarcó todos los medios posibles de difusión, como ser radio, gráfica y TV local. Sin dudas, una jugada estratégica para apuntar los cañones al criadero de Soldini, pero claro, del problema local nunca se ocupó, nunca existió.
MATERIAL COMPLEMENTARIO
Trabajo realizado por Alan Monzón
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